El mejor implante que existe es la raíz del propio diente.

Siempre se debe intentar conservar el mayor número de piezas posible, pero cuando una dentadura está muy deteriorada o faltan muchos dientes, puede interesar, en ocasiones, colocar implantes. El grado de rechazo de un implante es mínimo: el éxito de estas operaciones supera el 90% de los casos. Los implantes restauran la salud, comodidad y belleza de la boca, asemejándose a los dientes propios.

¿Qué es un implante dental?

Los implantes dentales son pequeños dispositivos artificiales de titanio que se insertan en el hueso del maxilar superior e inferior. Su aspecto puede ser el de un cilindro hueco o tornillo, y su tamaño es muy reducido, similar al de una raíz natural.

Los implantes se unen al hueso mediante un proceso denominado «osteointegración», y actúan como soporte para los dientes artificiales de reemplazo, asumiendo las funciones que antes cumplían los dientes naturales. La intervención quirúrgica para denomina «implantación”.

Los implantes dentales pueden usarse para reemplazar uno o más dientes; existen varias opciones para la restauración de los dientes, dependiendo de cada caso.

¿En qué caso conviene realizar una implantación?

Es conveniente realizar una implantación en los siguientes casos:

Sustitución de un diente

Cuando se pierde un único diente, se puede colocar un implante en ese hueco, recubriéndolo posteriormente con una corona de porcelana. Este procedimiento ofrece la ventaja de que no hay que tallar los dientes contiguos para preparar un puente, como se venía haciendo tradicionalmente.

Grandes huecos entre los dientes

Cuando existen grandes huecos en la boca, imposibles de cubrir con un puente convencional, se pueden insertar varios implantes sobre los que se apoyará una prótesis fija, combinando o no estos apoyos con los dientes propios.

Pacientes parcialmente desdentados, con ausencia de muelas en sectores posteriores

Se pueden usar implantes para colocar un puente fijo apoyando o bien en dos implantes, o en un implante y en un diente natural. Estos métodos están especialmente indicados para aquellas personas que no pueden soportar una dentadura removible, que era la solución habitualmente empleada en estos casos.

Pacientes desdentados

En pacientes totalmente desdentados, en los que las prótesis removibles convencionales no se sujetan y molestan al masticar, se puede colocar un número variable de implantes para estabilizar, retener y sujetar mejor una prótesis removible, o incluso para sujetar una dentadura total fija.

Situaciones en las que se contraindica la colocación de implantes

La colocación de implantes está contraindicada en los siguientes casos:

  • Pacientes con una higiene oral muy deficiente, ya que los implantes, una vez colocados, requieren una higiene meticulosa para conservarlos durante muchos años en la boca.
  • Pacientes afectados por una dependencia al alcohol o las drogas.
  • Pacientes con enfermedades generales o sometidos a determinados tratamientos que puedan interferir la cicatrización normal de los tejidos tras la cirugía de implantación (ej.: diabetes incontrolada, radioterapia o quimioterapia para el tratamiento del cáncer, etc.).
  • Pacientes con muy poca cantidad de hueso, o de mala calidad, que no asegure suficientemente la sujeción del implante.
  • Grandes fumadores con higiene deficiente.

En principio, si se posee una buena salud la edad no es un obstáculo para la implantación.

En cualquier caso, el diagnóstico para el tratamiento con implantes dentarios incluirá radiografías, modelos para estudio, medidas, exámenes clínicos y una evaluación de la condición física general, debiendo estudiarse cada caso particular.

Procedimiento para la implantación

Las restauraciones con implantes se llevan a cabo en varias fases:

Estudio y planificación

Es necesario realizar un análisis médico y odontológico de la situación de cada paciente. Se han de evaluar la salud dental, la forma de vida, la calidad ósea del maxilar o de la mandíbula y los hábitos de higiene. Si el diagnóstico aconseja una implantación, se planifica el programa de tratamiento y se realiza la intervención.

Colocación quirúrgica de los implantes en el hueso

Es una intervención que generalmente puede realizarse en la consulta bajo anestesia local. Se corta la mucosa de la encía y se labra un lecho en el hueso en el que se introduce el implante con toda precisión. La intervención dura entre 30 y 90 minutos, según el número de implantes que se vayan a colocar. Una vez colocado, se sutura la encía quedando el implante completamente cubierto por ella.

Cicatrización

Los implantes tienen que integrarse ahora en el organismo. Esta unión al hueso se produce en la denominada fase de osteointegración, que dura de 3 a 6 meses.

Durante ese tiempo, los implantes están bajo la superficie de las encías, uniéndose gradualmente al hueso. Mientras dura esta fase los pacientes deben usar prótesis provisionales. Algunas personas sufren molestias menores e inflamación, pero la mayoría no cambia la rutina de su vida cotidiana. El paciente debe someterse a revisiones periódicas hasta que concluya esta fase de cicatrización.

Colocación de los pilares para la prótesis

Una vez que los implantes se han unido sólidamente al hueso, se descubren mediante una pequeña incisión en la encía y se colocan encima unas pequeñas piezas que servirán de soporte para los dientes artificiales. Dichas piezas salen del implante a través de la encía, pero luego quedarán invisibles bajo los dientes artificiales definitivos.

Confección de las prótesis

Se realiza el molde para fabricar la prótesis dental que irá sujeta a los implantes. Estos dientes deben ajustar con seguridad en la boca y resistir el movimiento y la presión diaria creada por la masticación y el habla; por ello es importante que estén bien diseñados. El tipo de restauración más adecuado a cada caso es variable. Las restauraciones abarcan desde la corona, para reemplazar un solo diente, hasta las dentaduras completas móviles o fijas, pasando por los puentes que reemplazan varios dientes.

Advertencias para el postoperatorio

Primera semana tras la implantación:
  • No coma ni tome bebidas calientes hasta que haya recuperado la sensibilidad en la zona anestesiada.
  • Evite cualquier esfuerzo físico (ejercicio corporal, levantar objetos pesados, participar en actividades deportivas, etc.).
  • Procure hablar lo menos posible durante dos días.
  • No beba café ni alcohol durante los dos primeros días. Evite fumar.
  • No mastique con el área de los implantes y evite las comidas duras.
  • Enjuáguese la boca con agua templada después de cada comida. No se enjuague muy frecuentemente ni con mucha intensidad.
  • Límpiese los dientes de la forma habitual, salvo en la zona de los implantes. No utilice cepillos eléctricos ni irrigadores orales.
Después de retirar la sutura y durante 6 semanas
  • No toque los implantes con los dedos ni juegue con ellos con la lengua.
  • Cepíllese los dientes y enjuáguese con agua templada.
  • No utilice cepillos eléctricos ni irrigadores orales.
  • Evite en lo posible los esfuerzos físicos durante 6 semanas. Esto es especialmente importante si nota pulsaciones en el implante.
  • Si lleva una prótesis, póngasela constantemente. Después de cada comida, debe retirarla, limpiarla y enjuagarse la boca.
  • Acuda una vez al mes a revisión en la consulta.
Consulte inmediatamente a su dentista en los siguientes casos:
  • Si nota algún cambio en el área del implante.
  • Si tiene problemas con la prótesis.
  • Si la prótesis o el rebase contacta con el implante.

 

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